Al igual que en la filosofía musulmana y cristiana de la Edad Media, en el pensamiento judío la influencia de Aristóteles es definitoria y conforma el contrapunto raciona a la creencia y los dogmas religiosos.
Maimónides (1135-1204) fue el principal filósofo judío de la Edad Media. Nació en Córdoba, ciudad de la que se vio obligado a huir cuando los almohades la conquistaron y forzaron a todos sus ciudadanos a convertirse al islam.
Maimónides se interesó vivamente por los escritos de los principales pensadores musulmanes y, como ellos, también intentó conciliar la fe y la razón a partir de una síntesis entre Aristóteles y el neoplatonismo. Entre sus obras más destacadas en el campo de la filosofía se encuentra la Guía de perplejos, escrita en árabe.
1.La Torá
Los preceptos de la fe judía se recogen en la Torá y en el Talmud. La Torá o Pentateuco es el libro sagrado del judaísmo y está formado por los cinco primeros libros de la Biblia, en los que se relatan los acontecimientos desde la Creación hasta la muerte de Moisés. Para los judíos, se trata de un libro revelado por Dios.
La Torá, que constituye la tradición escrita del pueblo judío, se completa con el Talmud, la tradición oral, que recoge las leyes y las costumbres de este pueblo. Este conjunto de tradiciones orales y normas fue objeto de constante controversia en el seno de los círculos de estudio de las comunicaciones judías y dio lugar a una gran diversidad de interpretaciones, algunas de ellas contradictorias, de las leyes.
2.La Guía de los perplejos
Esta obra es un tratado de teología judía. Los perplejos a los que se refiere Maimónides son aquellos creyentes que, tras estudiar filosofía, consideran que el pensamiento racional cae en contradicción con los contenidos de la Torá.
El propósito de Maimónides consistió precisamente en mostrar que entre religión y filosofía no existe ninguna contradicción, sino una perfecta complementariedad. Este pensador afirma que detrás de todo dogma de fe existe una razón que es necesario descubrir. En la Guía de los perplejos, Maimónides trata cuatro cuestiones muy diferenciadas:
*Dios. Siguiendo la tradición de la llamada teología negativa, Maimónides considera un error atribuir características a Dios, pues supondría un intento de definir un ser cuya comprensión se encuentra más allá de la capacidad humana de conocer. Para este filósofo, la única forma de referirse a Dios, el ser inefable, consiste en expresar precisamente todo aquello que Dios no es, por ejemplo, se puede afirmar que Dios es incognoscible e incomprensible.
Para demostrar la existencia de Dios, Maimónides aporta tres razonamientos: a) Dios es primer motor, que explica todo movimiento; b) Dios es el ser necesario, frente a los demás seres, que son solo posibles; c) Dios es la causa primera que explica la existencia de todos los seres.
*La creación del mundo. Como la demostración aristotélica a favor de la eternidad del mundo no es concluyente y la creación en el tiempo no atenta contra la razón, Maimónides se decanta por la aceptación de la verdad revelada que se encuentra en la Biblia.
*La salvación. Maimónides desarrolla la teoría de que solo aquellos que ejercitan el entendimiento agente- principalmente los filósofos- son los que se salvarán y perdurarán más allá de la muerte. La salvación se encuentra, por tanto, supeditada al ejercicio del pensamiento abstracto.
*La racionalidad de la ley judaica. Para Maimónides, todos los preceptos de la ley lúdica han de cumplirse. Pero este cumplimiento no tiene que ser meramente por fe y porque lo ordena la divinidad.
Maimónides está convencido de que detrás de cada ley existe una función, y de que Dios las ha establecido por ser racionales y útiles. Si los 613 preceptos del judaísmo se entendieran e interpretaran correctamente, todos serían comprensibles, porque su función estaría clara.
Sin embargo, Maimónides consideraba que la razón se encontraba con serias limitaciones, como cuando asegura: “No imagines que hay alguno de nosotros que entienda totalmente estos arduos problemas; antes bien, solo de vez en cuando brilla la verdad tan clara como la luz del día, y entonces, nuestra naturaleza y hábito corren un velo sobre lo que percibimos, y volvemos a la oscuridad, casi tan densa como al principio”.
(Roger Corcho Orrit y Rosario González Prada. 2 Bachillerato. Historia de la Filosofía. Editorial Anaya. Madrid. 2023)