Empecemos viendo algunos hechos de la pornografía:
*Hombres con penes enormes que son poco usuales en el resto de la humanidad.
*Chicas con la vulva operada, depilada y blanqueada con tratamientos.
*Mujeres con labios mayores inyectados con ácido hialurónico para verse artificialmente perfectos.
*Chicas con bótox inyectado en el clítoris para que endurezca de inmediato.
*Hombres con los testículos y área perineal blanqueada con tratamientos.
*Mujeres menores de edad aparentando tener dieciocho años.
*Sexo entre padres e hijas, entre madres e hijos (también adoptivos).
*Violaciones grupales de hombres maduros a personas trans (como fetiche).
*Actuación de violaciones a chicas dormidas.
*Sexo entre profesores mayores y chicas menores vestidas de niñas pequeñas.
*Sexo entre policías y chicas detenidas.
*Chicas que pueden ser penetradas en cuanto un hombre entra en la habitación.
*Penetraciones de todo tipo al mismo tiempo sin tener en cuenta la salud de ellas.
*Sexo no consensuado en que ellos preguntan si tiene miedo, y cuando ellas dicen que sí, las penetran con violencia.
*Todas las actrices aprenden a respirar hiperventilando, esta respiración provoca mareos e impide el placer, esto se hace para que parezca que gozan para el hombre siempre. Cuando les imitamos en la vida real afectamos nuestro placer.
Por todo lo anterior, que son hechos concretos, sabemos que lo que nos decís las chicas (y algunos chicos) sobre el porno tiene razón de ser. Porque lo que los estudios sobre salud mental y sexualidad nos demuestran, acompañados de testimonios de cientos de miles de personas (hombres y mujeres por igual), es que la pornografía tiene un efecto educativo, cultural, emocional y afectivo en quienes la consumen. Por eso, quienes lo consumen o consumieron nos confiesa:
*Hace que los chicos adquieran complejos sobre el tamaño de sus genitales y su capacidad para tener erecciones inmediatas frente a cualquier chica.
*Produce inseguridad en las chicas por tener genitales “feos” o de diferentes texturas y colores.
*Provoca ansiedad e incertidumbre en las chicas porque no lubrican de inmediato cuando el chico está preparado.
*Incita a las chicas a fingir orgasmos para no sentirse inadecuadas y las condiciona a que el orgasmo siempre se relaciona con la penetración. Fingir orgasmos genera inseguridad y depresión a largo plazo porque no hay placer propio.
*Fortalece prejuicios sociales complejos, como retratar a las personas trans y a los hombres gay como hipersexuales desenfrenados que aman todas las violencias sexualizadas y sexuales.
*Muestra a las chicas lesbianas fascinadas siempre con la penetración de dildos con forma de pene, produce ansiedad en las chicas lesbianas que no desean la penetración.
*Siembra el racismo sexual: definir por razas nuestro comportamiento basado en mentiras y prejuicios que cuentan el porno ( las latinas son obedientes, a las asiáticas les gusta la dominación, a las rusas les gustan las orgías, a las negras les gusta la violencia).
*Propicia que las personas odien el pelo en el cuerpo y se obsesionen con la depilación antes siquiera de tener mucho vello corporal.
*Fortalece la idea de que las adolescentes que tienen sexo con hombres mucho mayores deben obedecerles.
*Afianza prejuicios y violencias como la gordofobia, el racismo, el sexismo.
*Produce la sensación de estar fuera del cuerpo propio, de tener que actuar en el momento de las relaciones sexuales.
*Crea confusión sobre lo que en realidad significa la relación sexual consensual.
*Se puede convertir en adicción por la cantidad de dopamina que produce el cerebro al relacionar las imágenes del vídeo con el placer.
*Genera vergüenza ver mucha pornografía y la vergüenza causa miedo. Los supervivientes que refieren sentir adicción al porno, dicen que lograron salir no por la vergüenza, sino por los trastornos de ansiedad y el sentimiento de culpa que les ocasionaba disfrutar de las violencias del material pornográfico.
*incita a ver cada vez vídeos más rudos, más violentos, porque la región del cerebro llamada “zona de premio” se ha ce pequeña con la adicción y exige progresivamente más provocación y más imágenes para lograr excitarse.
La doctora y activista Mahri Irvine, que atiende a víctimas de violencia sexual y dirige el Rape Crisis Center de Washington, define la pornografía comercial gratuita como: “Una estrategia que sexualiza las jerarquías y las desigualdades”; dice que la pornografía no se trata de darse placer mutuamente, sino de recordarnos que el placer sexual de los hombres está siempre por encima del de las mujeres. Es una industria creada especialmente para los hombres utilizando a las mujeres y convirtiendo los cuerpos de ellas en objetos y, aunque ahora parece que cambian el discurso, la realidad es que el modelo misógino sigue intacto.
Es importante que sepáis que siempre estaremos de acuerdo con una vida sexual saludable y feliz para todas las personas, que cuestionar a la industria pornográfica no significa estar en contra del placer o el sexo, sino del discurso que hay detrás de estas producciones que glorifican de diferentes modos la desigualdad y el machismo en todas sus formas y que, en muchos casos, ocultan la esclavitud sexual o trata de mujeres.
Lo cierto es que la pornografía gratuita es la de las grandes industrias que repiten todos estos patrones. Las producciones especiales, calificadas como feministas e igualitarias, pertenecen a negocios muy pequeños que cobran y al que las personas jóvenes no acceden. Como en todos los negocios, son los grandes conglomerados patriarcales y multimillonarios, como MindGeek y Vivid Entertainment, los que producen el porno que ven chicas y chicos menores de dieciocho años en el mundo.
Jessica Drake, la famosa productora de pornografía feminista, asegura que es verdad que el porno gratuito que ven las y los adolescentes y adultos, “legitima la misoginia y ha producido un discurso muy peligroso que repetimos todo el tiempo: equipara la misoginia al empoderamiento de las mujeres; es decir, mientras más actúes como sumisa sexual, aceptes hacer sexo oral a todos de forma en que te ahogas, aceptas sonriente las bofetadas y otras formas de sexo violento y sonrías, entonces eres una mujer que tiene el control de la situación y tiene libertad sexual”.
(Lydia Cacho. Rebeldes y libres. La esfera de los libros. Madrid. 2023)