¿Es importante el tamaño del cerebro? ¿Las personas con cerebros más grandes, o más pesados, son más inteligentes o poseen más ventajas? Esta es una pregunta difícil de responder sin tener en cuenta otros factores. Es verdad que existe una correlación entre el tamaño relativo del cerebro y los resultados de los test de inteligencia en el mundo animal, pero no podemos obviar las diferencias de tamaño corporal: los animales más grandes requieren cerebros mayores que monitoricen y hagan funcionar sus órganos, que también son de mayor tamaño. Esos animales cuentan, asimismo, con un número superior de terminaciones nerviosas (que procesan un órganos gestos, es decir, un cerebro mayor). En conclusión, tenemos que tener en cuenta el tamaño del cuerpo si queremos valorar la importancia del tamaño del cerebro. Cuando retiramos el tamaño corporal de la ecuación, observamos que peces y reptiles tienen cerebros más pequeños, mientras que los de mamíferos y aves son mayores…Y, efectivamente, los mamíferos y las aves obtienen mejores resultados en los test de inteligencia que los peces y los reptiles.
Entre los mamíferos existen diferencias de tamaño cerebral; los caballos, por ejemplo, tienen cerebros más pequeños que los primates o los delfines, que se consideran las especies más inteligentes. Y, por supuesto, los humanos son los primates con cerebros más grandes (cerca de tres veces mayores de lo que deberían ser, en relación con el tamaño de nuestro cuerpo) y somos claramente superiores en muchos test de inteligencia.
Por lo que respecta a las diferencias dentro de la raza humana, no existen pruebas de que la variación del tamaño del cerebro influya en la inteligencia. Por supuesto, las dimensiones del cerebro no serían un factor decisivo en ningún caso, ya que lo importante es el número de neuronas que contenga (algo que no depende de su tamaño). Por eso quizás sea más interesante hablar de su peso. El problema es que no existe mucha variación de peso en los cerebros humanos…y que este puede variar por otros motivos, además de por su número de neuronas.
Albert Einstein, seguramente uno de los humanos más inteligentes de la historia, no tenía un cerebro mayor o más pesado que la media, pero lo que sí parecía tener era una mayor conectividad entre sus neuronas cerebrales. De hecho, muchos científicos creen ahora que no es el tamaño del cerebro, su peso o su perímetro lo que establece la habilidad cognitiva, sino la organización cerebral subyacente y su actividad sináptica.
(Dra Sandi Mann. La Biblia de la Psicología. Tú, este libro y la ciencia de la mente. Ediciones Gaia. Madrid. 2016)